martes, 28 de abril de 2009

REGIMEN DE PROPIEDAD EN ESTADOS SOCIALISTAS

La actividad económica del Estado socialista se basa en la propiedad social sobre los medios de producción y en las relaciones socialistas de producción condicionadas por dicho régimen de propiedad. En su actividad práctica, el Estado parte de las exigencias de las leyes económicas objetivas del socialismo, de las exigencias ya maduras de la vida material de la sociedad, de las condiciones concretas de la situación interior y exterior, y orienta el desenvolvimiento de la economía en interés de la edificación del socialismo y del comunismo. La función económica del Estado socialista se amplia y se perfecciona a medida que se desarrolla la economía y la sociedad avanza hacia el comunismo. En el período de transición del capitalismo al socialismo, el Estado socialista constituye la palanca fundamental de la transformación revolucionaria de la economía capitalista en socialista, del establecimiento de las nuevas relaciones de producción. El Estado nacionaliza los medios de producción más importantes pertenecientes a las clases explotadoras, ocupa los puestos de mando en la economía nacional. La propiedad socialista estatal (de todo el pueblo), desde los primeros pasos empieza a desempeñar el papel rector en toda la economía. Partiendo de esta base, el Estado lleva a cabo la transformación socialista de toda la economía. Dirige el proceso de industrialización del país y la colectivización de la agricultura, ayuda a los campesinos a unirse en cooperativas de producción. Con la victoria del socialismo, con el establecimiento del dominio absoluto de la propiedad socialista en sus dos formas el Estado concentra en sus manos la masa fundamental de los medios de producción, y ello le permite convertirse en el organizador del desarrollo de toda la economía del país. En estas condiciones, la función económico-organizadora del Estado socialista se desarrolla en toda su plenitud, y su manifestación concreta se refleja en lo siguiente: el Estado, a través de sus órganos de planificación y de administración, dirige y administra la economía nacional sobre la base del principio leninista del centralismo democrático. Planifica el volumen de la producción, sus ritmos de crecimiento y su estructura, determina la magnitud y la estructura de las inversiones básicas, el emplazamiento de las fuerzas productivas, etc. Orienta el desarrollo de la ciencia y de la técnica. A través del sistema de empresas comerciales, el Estado orienta también el movimiento de la masa fundamental de mercancías, dirige la actividad del comercio cooperativo, y en virtud de los derechos inherentes al monopolio estatal lleva a cabo todas las operaciones del comercio exterior.

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